Este año la estaba pasando bastante bien, casi que no me podia quejar de nada, hasta que llego el mes de Octubre.
Mientras en otros paises le pusieron hasta un llamativo color rojo a dicho mes, aqui no llegamos a eso pero casi.
Primer día, temprano por la mañana. Venia el que suscribe en su bicicleta por la calle Julio A. Roca. Al doblar por Cañada, un desaprensivo remisero se cambio de mano izquierdo a derecha y al unisono ingreso en un lavadero. En un doble acto de reflejos primero logre esquivar el auto y no estamparme como una mosca y luego venci al instinto de aferrarse al manubrio y pude poner la mano en la caida, lo cual me evitó que lastimara la cara con todas las piedras de la vereda. Vino la policia y el 107, despues termine en el Allende y recien volvi a trabajar el miercoles.
Domingo siguiente, jugaban los pumas el domingo por la tarde y con los compañeros del trabajo organizamos una jornada de paintball. En esa ocasion, fuimos a Agua de Oro, todo bien, excepto porque faltaron varios a causa del partido y por el oktober fest. En una de los rounds, me engancho el pie entre dos piedras y caigo rodando ladera abajo en una montaña, resultado: esguince de tobillo. Termine el domingo con un yeso en la pierna. Asi mismo, el miercoles siguiente ya estaba en el laburo.
Tras sacarme el yeso, segui usando una bota plastica y las muletas por un tiempo.
Para finalizar el mes me quede sin trabajo por razones tecnicas, tsunami de chanes.